La implantacion

El huevo ha estado creciendo libre en el útero, durante tres o cuatro días. Se une a la mucosa uterina destruyéndola y las células periféricas del huevo se hunden en los tejidos uterinos y son rodeados por un derrame de sangre de los tejidos maternos, abriéndose enseguida los vasos de origen fetal. Queda formada la placenta y se establece una circulación sanguínea que va de la madre al embrión.

Al desarrollarse, la placenta se constituye en una maravillosa fábrica. Su buen funcionamiento es vital para el curso del embarazo.

Es a través de la placenta que el hijo respira, se nutre y elimina los productos de su metabolismo. La placenta también produce hormonas y forma la llamada barrera placentaria, una capa constitulla por vellosidades y pequeños vasos donde se separan las dos circulaciones, la de la madre y la del feto. Es una suerte de filtro que impide el paso de ciertas substancias, protegiendo al nuevo ser en formación.

A la placenta llegan los nutrientes y la oxigenación y se evacúan los desechos, a través del cordón umbilical. El cordón umbilical mide aproximadamente 40 centímetros de longitud y en su interior corren dos arterias y una vena. A la inversa de lo que ocurre en el resto del organismo, la sangre arterial circula por la vena y la sangre venosa por las arterias. En la vida intrauterina se respira y se oxigena por la placenta, los pulmones no funcionan. Sólo al nacer el sistema cardiorrespiratorio comienza a funcionar.

El nuevo ser en desarrollo, la placenta, el cordón umbilical y el líquido amniótico, se encuentran envueltos en dos membranas. La interna es delgada y la externa más gruesa. No existe medicamento ni cirugía que pueda reparar las membranas rotas.

El feto flota en el líquido amniótico, que es de aspecto claro y transparente, y actúa como un amortiguador para eventuales golpes o sacudidas. Si el líquido amniótico llegare a cambiar su coloración, apareciendo verdoso, indicaría disminución de la oxigenación.

La aglomeración primaria de células, que recibe el nombre de mórula por su forma de mora (del latín: mórula), ha dado origen a tres hojas blastodérmicas. De la hoja interna se desarrollarán los pulmones, el hígado, el aparato digestivo y las vías urinarias. De la hoja blastodérmica media se originan la columna vertebral, los huesos, los músculos, las glándulas genitales, los riñones y los vasos sanguíneos. De la hoja externa se formarán la médula, los nervios, el cerebro y la piel.

En ese momento, la célula germinal se había convertido en embrión y fijado en la membrana de la matriz, su nido para los nueve meses del embarazo.

Al cabo del priméy mes el embrión mide o minos un centímetro.

La envoltura que lo rodea, qtie también contiene el líquido amniotico, equivale en su tamaño al huevo de una paloma.

En esta fase, cuando la madre no tiene ninguna noción de lo que está sucediendo en su interior, comienza a formarse, en su manifestación más simple, el corazón de su hijo.

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